La Navidad, ¿en Polonia o España?
Dado que nuestra familia es mixta (el papá es español y la mamá polaca), hay que conformarse con el hecho de que una vez las fiestas las pasaremos en Polonia y otras veces será en España. No obstante creo que tanto nosotros los polacos, como los españoles que hayan pasado ya unas Navidades en Polonia, sin alguna duda escogerán su versión polaca. Si estoy equivocada, por favor sáquenme de ese error.
La Navidad en Polonia, como en la mayoría de los países cristianos, es la mayor fiesta cultural del país. Indudablemente ese periodo trae consigo una magia que junto con todas las tradiciones del país del Vístula hacen que uno lo viva en un ambiente maravilloso. Y como los polacos somos un poco románticos, ni el comunismo, a pesar de muchos intentos, pudo prohibirnos la celebración de estas fiestas.
Actualmente ningún país con un mercado libre pude huir del consumismo (la escala dependerá por supuesto de cada persona, pero generalmente en Polonia uno puede encontrar cualquier cosa que desee que en esa noche especial del 24 de diciembre se convierta en un regalo para sus seres queridos, y los supermercados y centros comerciales parece que rivalizan en el campeonato de la mejor decoración de sus edificios para atraer a los clientes potenciales), también a los mismos polacos les encanta decorar sus casas y hacer las compras navideñas, aunque hay que decir que quizá no llegamos a ese nivel de locura que a veces podemos observar ayudándoles a Sus Majestades los Reyes Magos. Eso es, en Polonia los regalos los recibimos el 24 de diciembre, colocados debajo de un árbol por El Niño Jesús, Santa Claus, Gwiazdor, Dziadek Mróz (depende de la región y el origen de cada familia) y en España como bien sabemos es la noche mágica del 5/6 de enero, en la Solemnidad de la Epifanía (popularmente llamada Los Reyes Magos). Y aunque cada año pienso crece la tentación de los regalos más grandes y más numerosos, la Navidad en Polonia es ante todo un tiempo de familia, con o sin (depende mucho de las casas) carácter religioso y tradicional.
La Nochebuena de Navidad (Wigilia) es el momento culminante de todo este periodo. El significado de la palabra vigilia, en los dos idiomas (tanto polaco como español), significa observar, esperar y se refiere a la espera de la venida de Mesías al mundo. Según la tradición, desde los siglos era un día de las pequeñas mortificaciones y abstinencias y uno de sus ejemplos será el hecho de que en la mayoría de las familias realmente se come muy poco hasta la cena de Nochebuena. En pocas casas se comerá carne esta noche. Ahora que lo pienso, uno está tan agobiado con los preparativos de la noche que físicamente no encuentra tiempo para comer al mediodía. El menú de la cena debe tener 12 platos que simbolizan a los 12 apóstoles. Esa es la teoría porque en práctica, ¿quién podría comerse esa cantidad de comida?
Según la tradición también el árbol de Navidad se debe decorar la mañana del mismo día 24, pero como pasa en España, la gente polaca suele ponerlo mucho antes, a principios de diciembre quizá. Los adornos son diversos: desde las bombki, las bolas de cristal muchas veces pintadas a mano, de diferentes colores y patrones, las nueces (símbolo de dinero y fertilidad), pequeñas manzanas (símbolo de amor y salud) o caramelos (que se supone deben endulzarle a uno la vida). Gran importancia simbólica en la cena de Nochebuena tiene también el heno. Se coloca un poquito de heno debajo del mantel o encima, eso debe recordar a los familiares reunidos en la mesa que Jesús también nació en un humilde pesebre, cubierto tan sólo por un poquito de heno. En muchas casas el heno se coloca en los rincones de los salones como símbolo de la prosperidad para el año siguiente, como una fuerza revitalizante que trae la inmortalidad y riqueza.
La cena de Nochebuena empieza junto con el despuntar de la primera estrella (por ello también el día tiene otro nombre de Gwiazdka que en polaco significa estrella), entre las 16.00-17.00. En la mayoría de las casa se empieza con una oración y un fragmento de la Biblia sobre el nacimiento de Jesucristo. Después llegamos al momento quizá más importante de la Wigilia que es el reparto del opłatek, una hostia sin consagrar, de forma rectangular, con relieves religiosos en su superficie. Cada uno comparte el opłatek entre todos los asistentes deseando lo que le salga del corazón; un momento para perdonar los rencores guardados. Un momento emocionante cuando muy a menudo saltan las lágrimas.
Tanto la mesa como toda la casa tienen bellísimos adornos y siempre hay un cubierto de más para una persona inesperada o una que supiéramos que iba a pasar esa noche sola. Los ingredientes principales e indispensables de la cena son col, col agria, setas, pierogi, sopa de remolacha que normalmente lleva los uszka (raviolis polacos, ese día rellenos de col agria y setas) y pescado, que este día en la gran mayoría de las casas es la carpa hecha de una y mil maneras; depende de la región y de la pericia de las cocineras. Para terminar no podemos olvidarnos de los dulces; aquí la palma se llevan las semillas de amapola hechas también de diferentes maneras: en tartas o en kutia o makówki (el nombre depende de la región) o los pierniki, las tartas o galletas de jengibre que en algunas casas se suele preparar con una antelación de incluso un mes.
Aún sentados en la mesa, pero también cuando se termina de cenar, se cantan los villancicos (muchas veces con acompañamiento instrumental) mientras los niños abren los regalos que acaban de encontrar debajo del árbol de Navidad.
Como es una noche especial, recuerdo cuando de pequeña me acercaba mucho a los animales que había en la casa de mis abuelos porque me decían los mayores que esta noche los animales hablaban con voz humana… nunca llegué a entenderlos… pero quizá no estuve lo suficientemente atenta ;)
Hay un dicho en Polonia que “como en la Wigilia, así todo el año”, así que todos intentan portarse de la mejor manera posible, teniendo todos los asuntos cerrados… otra superstición que por supuesto no tiene nada que ver con la realidad… aunque mucha gente supersticiosa estará cumpliéndolo por si acaso.
La Noche mágica termina en muchas casas con la Pasterka, conocida en muchos rincones de la Tierra como la Misa del Gallo, sin duda, con mucha más afluencia de gente en Polonia que en España, a pesar del frío y nieve que suelen presidir el periodo invernal en nuestro país.
El primer día de Navidad está protagonizado, ante todo, por los encuentros con los familiares, bien con los que nos encontramos en la cena de Nochebuena, o con los que por distintos motivos no pudieron acudir. Este día sí se suele comer carne (el tipo depende de la imaginación del cociner@) y tampoco pueden faltar los dulces. Mientras en España el vino preside la mesa de las principales comidas y cenas, en Polonia lo hace el vodka, producto alcohólico nacional de alto gradación. Según la tradición el segundo día de la Navidad es el momento para visitar a nuestros amigos o conocidos; el primer día suele dedicarse a la familia en exclusiva. El día 26 siempre es festivo en nuestro país.
Aunque el tiempo de Navidad acaba el día 6 de enero, por la tradición hasta finales de enero o principios de febrero se siguen cantando los villancicos y se mantiene el ambiente navideño (personalmente dejamos el árbol de navidad en nuestra casa hasta principios de febrero (2 de febrero, fiesta de la Presentación). Como he dicho al principio, las Navidades en Polonia, aunque cada vez más empapadas de consumismo, siguen siendo extraordinarias y supongo que lo seguirán siendo: de carácter familiar, llenas de alegría y magia.
Barbara Gomułka,
Presidenta de la Asociación Cultural Salmantino-Polaca POLAÑOLES
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